jueves, 28 de mayo de 2015

leyenda del ARBOL GAROÉ. EL HIERRO

Corría el siglo XVI, cuando quedaban pocos aborígenes en la isla del Hierro, y los que había cuidaban del árbol Garoé (gracias al que obtenían agua dulce en abundancia) Este árbol se encontraba a unos mil metros de altura, en las cercanías de Tiñor. Se trataba de un árbol enorme, cuyo tronco era de metro y medio de diámetro.
Pero en 1610 un huracán azotó la isla derribando tan afamado árbol, del que hasta el señor de la isla contraria Lanzarote, Juan IV de Béthencourt se quiso adueñar. Tras él los bimbaches (antiguos pobladores de la isla de El Hierro) también desaparecieron por la falta de agua.

Cuenta la leyenda que a la llegada de los españoles, los bimbaches decidieron esconder el árbol y ocultarlo a los extranjeros. Así, al no descubrir la fuente de agua, la sequía los haría desistir en su intento de asentamiento. Guardando abundantes reservas para evitar tener que acercarse a su preciado árbol.
Lo hubieran conseguido si Agarfa, una joven bimbache enamorada de uno de los soldados de la expedición, no hubiese conducido al joven castellano al secreto mejor guardado de los herreños, traicionando de esta forma a los suyos.
Tras esto se ordenó la ejecución de Agarfa. Tincos (un joven aguerrido enamorado de ella) la seguía desde hacía días obsesionado con el desprecio de la muchacha, entonces supo enseguida donde encontrarla y fue por ella. La encontró durmiendo con su amado en el campamento castellano. Lleno de rabia la arrastró en la oscuridad de la noche sin hacer el más mínimo ruido, y al alba acabó con el ser al que tanto había amado.
Poco después el mencey Armiche fue capturado, y con él todos los bimbaches.
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